lunes, 28 de marzo de 2011

Medios de información. La palabra del pueblo o la noticia como mercancía


Todo el pueblo de Venezuela tiene el derecho de expresarse libremente, utilizando para ello cualquier medio de comunicación, pero es trabajo de los comunicadores sociales transmitir a través de los medios de información la noticia, que muchas veces es usada como mercancía o estrategia de ganancia que beneficia sus intereses personales; ya que las distintas empresas compiten entre sí para tener mayor ingreso, por lo tanto mayor clientela, mayor audiencia y mayor radioescucha. Esto es evidenciado diariamente en los periódicos, donde el titular principal muchas veces no representa la verdadera noticia; el periodista honesto procura decir la verdad, en tanto que el deshonesto (por vocación o por obligación) distorsiona y oculta la verdad fabricando mentiras patrióticas en gran escala; el contraste entre periodistas de ambos tipos se torna particularmente agudo en tiempos de crisis.

Citando ejemplos de la cotidianidad, tenemos el caso en el cual ocurren actos delictivos o que conllevan a altos contenidos de  violencia, en los cuales la noticia que es ofrecida por los medios es la menos real. De esta manera los medios de masas crean una criminalidad difusa, irreal e incomprensible para la mayor parte de los mortales (Sheneider, 1995), con la finalidad de inquietar o fascinar a su público.

La palabra del pueblo es una sola, pero muchas veces se censura en diversos grados, ya que puede perjudicar la imagen de personajes reconocidos o de aquellos entes que de una manera u otra están involucrados directamente a la realidad de la noticia.

Es útil hacer énfasis en el avance de la tecnología, ya que este ha permitido unir grandes masas de personas tanto a nivel nacional como internacional, y en todos los aspectos, políticos, empresariales, personales, entre otros, sin embargo debido a la creciente desfiguración de la información ha surgido el uso desmedido de las redes sociales, en las cuales no hay un control de la información que fluye por este medio, y por ser éste libre  en cierto modo la verdad puede pasar de la censura a lo grotesco.

Existen diversos tipos de receptores, hay quienes prefieren mirar imágenes a leer, ver la televisión a escuchar la radio; pero el ciudadano carente de información se desinteresará de los asuntos públicos, al punto que ni siquiera concurrirá a ejercer su derecho al voto. Ésta es una realidad en los jóvenes  estudiantes, que sólo se ocupan de  su rol, limitándose  a escuchar solo los rumores de pasillo de lo que pasa dentro y fuera del país.

Ante lo expuesto, vemos como existen dos realidades distintas, en la que una de ellas se inclina hacia la verdad exagerada, incluso hasta con un poco de dramatismo, mientras que otra nos muestra lo irreal, lo incompleto y lo difuso.

En este caso,  lo ideal es que emprendamos la marcha hacia la sociedad de la información bien evaluada, es decir el análisis personal de la información que se recibe, sin delegar a alguien más nuestro deber de indagar sobre lo que verdaderamente se nos presenta ante nuestros ojos, y sin dejar que los demás piensen por nosotros mismos.¿De que manera? Mediante el conocimiento. El cual no sólo se logra especializándose en una determinada profesión, sino el conocimiento de nuestro entorno, de lo que sucede en nuestra vecindad, en nuestro municipio, nuestro país y más allá.

Queremos una información veraz, y sin ningún tipo de distorsión. Y esto es posible de lograr solo si somos activamente participes de la investigación.



Elaborado por: Gamarra Adriana, Guzmán Soineth, Linares Oriana.
VENEZUELA DEL SIGLO XXI-SECCION M1

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